Las plantas trepadoras, como las Monsteras y los Filodendros, tienen la capacidad única de utilizar su entorno para crecer y desarrollarse de forma óptima. Por ejemplo, se agarran a rocas, árboles, palos de musgo y otros materiales para crecer.
La evolución del tamaño y la forma de las hojas en respuesta a la capacidad de trepar
La Monstera dubia es una planta de interior poco común, originaria de las selvas tropicales de Sudamérica. Esta planta tiene la característica distintiva e intrigante de responder a la presencia de una estructura sobre la que puede trepar. Al hacerlo, cambia la forma de las hojas con los nuevos brotes, así como la dirección del crecimiento: hacia la luz, hacia arriba.
De hojas pequeñas y densas a agujeros y profundas fenestraciones.
En el momento en que la Monstera dubia silvestre ha encontrado el árbol contra el que crecer, comienza un proceso diferente. Las pequeñas hojas abrazan el tronco y con cada nueva hoja avanza una metamorfosis especial. Las hojas plateadas empiezan a caer cada vez más lejos del tronco y se extienden para absorber más luz solar.
Filtrar la luz solar a través de las hojas grandes
Además, las hojas tienen cada vez más agujeros y fenestraciones (muescas en la hoja). De este modo, la Monstera (planta con agujeros) se asegura de que la luz se filtre y llegue también a las hojas inferiores, más pequeñas.
La adaptabilidad de la planta trepadora tanto en la naturaleza como en el hogar
La adaptación de la Monstera dubia al espacio es un gran ejemplo de cómo este tipo de plantas tropicales han evolucionado para responder a los estímulos externos. Es un modelo de cómo las plantas trepadoras de interior pueden adaptar la forma y el tamaño de sus hojas para aprovechar al máximo la luz natural disponible en esa situación concreta. Ésta es una de las razones por las que las plantas de interior trepadoras son tan populares entre los amantes y coleccionistas de plantas de interior.
